Boyhood es una película dirigida por Richard Linklater que han rodado en doce (¡doce!) años. Nada más y nada menos. En vez de ir cambiando de actores conforme los personajes crecen, han utilizado siempre los mismos (Ellar Coltrane en el papel de Mason, Lorelei Linklater en el de Samantha, Patricia Arquette haciendo de madre y Ethan Hawke de padre). Ha sido una experiencia interesante, muy interesante de ver. La vista se te iba acostumbrando y era casi como si crecieras con los actores, desde que son niños hasta que se hacen mayores, veías ese cambio paso a paso, año a año (más o menos).
¿De qué trata la película? Es una pregunta sencilla. Sobre la vida de Mason, desde que tiene cinco años hasta que cumple dieciocho. Es sólo eso. Una vida. Y punto.
La cinta destaca por su sencillez, su veracidad y su tacto y realismo a la hora de tratar cada una de las partes de la infancia y adolescencia de Mason. Simpatizas con la madre, una joven divorciada que no encuentra al hombre correcto en su vida (SPOILER: se llega a casar tres veces en el transcurso de la película); con el padre, que quiere a sus hijos aunque no pueda estar mucho con ellos; con los hermanos adoptivos que tienen que sufrir a su abusivo padre... Pero lo más importante, conectas completamente con los personajes a través de cada escena, se van desnudando ante tus ojos (metafóricamente) mientras maduran, hasta que eres capaz de reconocerlos perfectamente. Su vida no es nada extraordinaria. Sólo son pequeños momentos cotidianos que podrían encajar perfectamente contigo. Esa podría ser tu vida.
Cristina
A mí, en resumen, me ha gustado la película. Me ha hecho pensar largo y tendido sobre mi futuro, claro (¿me espera a mí lo mismo que a Mason? O mejor dicho ¿hay alguien en este mundo al que no le espere lo mismo que a Mason? Todos nacemos, crecemos, vamos al colegio, al instituto y luego a la universidad). Me ha hecho emocionarme ante los detalles de la vida.
Tiene un punto muy melancólico, que me ha dejado un amargo sabor de boca, en lo referente a la madre. Atención, porque puede ser SPOILER, pero tengo que ponerlo de todas formas: al final, cuando Mason por fin abandona el nido para ir a la universidad, hay una escena muy emotiva en la que el chico termina de recoger sus cosas de casa de su madre. Y entonces ella se echa a llorar, y dice: "Me casé, tuve hijos, terminé con dos ex maridos, volví a la universidad, me saqué el graduado, me saqué mis másters, he mandado a mis dos hijos a la universidad. ¿Qué es lo siguiente? ¿Mi jodido funeral? Me esperaba algo más". Y Mason responde "Mamá, ¿no te estás adelantando como cuarenta años?".
Pero a ti te hace pensar. ¿Queda algo más en la vida? ¿Es sólo su vida lo que está describiendo, o puede ser la de todos los demás? Con pequeñas variaciones, por supuesto, pero ¿no es eso esencialmente lo que acabamos haciendo todos?
Éste punto le dio un giro a mi opinión sobre la película, si me ha encantado, esta conversación ha influido mucho en ello; me parece que le ha dado ese punto desagradable a la vida, ese sabor agridulce que inevitablemente posee. También ha cambiado mi forma de ver el mundo. Radicalmente. Porque yo quiero ser algo más, quiero tener algo más que lo que esa mujer tuvo, no quiero sentarme un día y esperar mi funeral porque mi vida haya acabado antes que yo.
RMaría
La película está bien hecha, es visualmente interesante, por el hecho de haber sido rodada durante doce años con los mismo actores, y podemos observar detalles cómo el cambio en la voz de Mason o las etapas adolescentes de Samantha (su hermana) pero a mí no me ha agradado demasiado.
Tal como dijo Cristina, la película cuenta una vida, sin más. Con cosas buenas y cosas malas. Pero contó y describió la vida que todos tenemos predispuesta. Nacer, crecer, estudiar, trabajar, tener hijos (tal vez) y morir. Fin. Se acabó. No hay más. La película termina con Mason empezando la universidad. Después podemos suponer que la termina (o no) que se casa con su novia (o no) y que muere feliz tras una vida plena (o que muere triste tras una vida llena de montañas rusas que no dejaban de bajar).
Pero yo quiero creer que hay más. Que la vida no es sólo estudiar, relacionarse, pasar buenos momentos y sufrir. Quiero creer que podemos hacer más cosas, que el futuro no está escrito. Que en cualquier momento podría dejar mis estudios y dedicarme a ser Lumiére. Y eso es lo que realmente me fastidia de la película. Que, por mucho que quiera creer, no es así, y lo refleja perfectamente.
Cuando salí del cine llevaba una sensación extraña en el cuerpo que no he logrado aún describir, supongo que sería una mezcla de resignación y sueños rotos.
RMaría
La película está bien hecha, es visualmente interesante, por el hecho de haber sido rodada durante doce años con los mismo actores, y podemos observar detalles cómo el cambio en la voz de Mason o las etapas adolescentes de Samantha (su hermana) pero a mí no me ha agradado demasiado.
Tal como dijo Cristina, la película cuenta una vida, sin más. Con cosas buenas y cosas malas. Pero contó y describió la vida que todos tenemos predispuesta. Nacer, crecer, estudiar, trabajar, tener hijos (tal vez) y morir. Fin. Se acabó. No hay más. La película termina con Mason empezando la universidad. Después podemos suponer que la termina (o no) que se casa con su novia (o no) y que muere feliz tras una vida plena (o que muere triste tras una vida llena de montañas rusas que no dejaban de bajar).
Pero yo quiero creer que hay más. Que la vida no es sólo estudiar, relacionarse, pasar buenos momentos y sufrir. Quiero creer que podemos hacer más cosas, que el futuro no está escrito. Que en cualquier momento podría dejar mis estudios y dedicarme a ser Lumiére. Y eso es lo que realmente me fastidia de la película. Que, por mucho que quiera creer, no es así, y lo refleja perfectamente.
Cuando salí del cine llevaba una sensación extraña en el cuerpo que no he logrado aún describir, supongo que sería una mezcla de resignación y sueños rotos.
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